Después de que surgieran informes sobre un supuesto derrame de gran magnitud, Octavio Romero Oropeza, el máximo responsable de Petróleos Mexicanos (Pemex), salió para desmentir dicha afirmación, y explicó que lo ocurrido fue simplemente la emanación de chapopoteras naturales.
El directivo destacó que estas emanaciones son fenómenos naturales que se formaron hace millones de años y que representan el 46% de la aportación de hidrocarburos a los océanos de manera natural.
"Esta aclaración es importante porque no está bien desinformar", subrayó. Aunque reconoció que las emanaciones naturales como las de Cantarell aportan grandes cantidades de aceite y gas al mar, enfatizó que la compañía debe atender cualquier evento, por más pequeño que sea.
Para contextualizar la magnitud del informe exagerado, el director comparó el supuesto derrame con el desastre ambiental del barco Exxon Valdez en Alaska en 1989, donde se vertieron alrededor de 250 mil barriles de petróleo al mar. Según los cálculos, la petrolera tendría que haber derramado 3 millones de barriles para que el evento en Balam-TA fuera 12 veces más catastrófico que el de Exxon Valdez, lo cual es completamente inexacto.
Respecto a la fuga en Ek Balam, Romero Oropeza explicó que desde abril de 2022 inició la construcción de la nueva red de ductos del campo, la cual se concluirá en agosto de 2023. Durante este proceso, se presentó una fuga de hidrocarburos de solo 7 centímetros de tamaño, detectada el 3 de julio, y notificada a las autoridades correspondientes el 5 de julio, suspendiéndose las actividades de reparación el 7 de julio.
En cuanto al volumen acumulado máximo de derrame, considerando el ducto operando a plenitud por 18 días, los especialistas de la empresa mexicana estimaron que solo se podrían haber derramado 76 barriles por día, una cantidad considerablemente menor a la reportada inicialmente por algunos medios.
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