Alertan a Nuevo León por contaminación atmosférica con metales pesados
- Redacción
- 23 ene
- 2 Min. de lectura

Durante 2024, varios municipios del Área Metropolitana de Monterrey registraron niveles alarmantes de partículas PM2.5, un indicador que evidenció la gravedad de la crisis ambiental que afecta a la región. Ante esta problemática, las autoridades de Nuevo León implementaron diversas medidas para contrarrestar los efectos de la contaminación y mejorar las condiciones de vida en el estado.
Tras investigaciones periodísticas que señalaron la presencia de metales pesados, como plomo, cadmio y arsénico, en zonas cercanas a escuelas, posiblemente provenientes de actividades industriales, el Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire y grupos vecinales solicitaron la intervención de la Procuraduría Estatal de Medio Ambiente. En respuesta, la PROFEPA ordenó la clausura de las instalaciones de Zinc Nacional, ubicadas en San Nicolás, al detectar altos niveles de estos contaminantes en viviendas y centros educativos cercanos.
Por otra parte, el gobierno estatal trabaja estrechamente con Pemex para asegurar que la refinería de Cadereyta cumpla con las normativas ambientales y opere bajo estándares sostenibles. Esta colaboración busca garantizar que la planta reduzca sus emisiones contaminantes mientras se protege tanto el empleo local como la salud de los habitantes.
En el ámbito legislativo, senadores de Morena en Nuevo León presentaron un punto de acuerdo en la Cámara de Diputados para exigir informes regulares sobre la importación de desechos tóxicos, una práctica que podría representar un peligro significativo para la población del estado si no es adecuadamente supervisada.
Las partículas PM2.5, cuyo tamaño inferior a 2.5 micrómetros les permite penetrar profundamente en los pulmones y llegar al torrente sanguíneo, son altamente peligrosas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas partículas, que pueden permanecer suspendidas en el aire durante largos períodos, se asocian con enfermedades respiratorias y cardiovasculares, como asma, infartos, bronquitis crónica y cáncer de pulmón, además de causar afectaciones cognitivas en niños y agravar la salud de adultos mayores.
El riesgo para la salud se incrementa cuando estas partículas se combinan con metales pesados como el arsénico y el plomo, cuyos efectos tóxicos pueden provocar daños irreversibles en el sistema nervioso, problemas renales e inmunológicos, así como un impacto negativo en el desarrollo infantil.
Debido a las condiciones meteorológicas, como la velocidad del viento y la humedad, las partículas PM2.5 pueden permanecer suspendidas en la atmósfera durante horas o incluso días, afectando de manera continua a las personas, particularmente en zonas urbanas densamente pobladas. La Organización Mundial de la Salud ha señalado que este tipo de exposición no solo es un problema temporal, sino que puede generar efectos graves en la salud de los habitantes, especialmente los más vulnerables.
Para enfrentar esta situación, las autoridades de Nuevo León han ratificado su compromiso de reducir las principales fuentes de contaminación en la región, al priorizar acciones que permitan mejorar la calidad del aire y proteger a la población. La implementación de estas medidas busca también asegurar que las actividades industriales y energéticas se alineen con las normativas ambientales vigentes, con el objetivo de garantizar un equilibrio entre el desarrollo económico y la salud pública.
Comments